jueves, 2 de diciembre de 2010

Número uno!


Puto el que lee

"La homosexualidad no es un peligro, la homofobia sí"

Si alguien tiene aerofobia (fobia a los aviones), ¿qué culpa tienen los aviones?

La única cura a las fobias es el amor.

En este número varias notas invitan a reflexionar sobre la discriminación. Un debate que amplia sus fronteras constantemente, y en esa ampliación va encontrando distintas resistencias. No hace mucho tiempo, un negro no podía usar el mismo baño que un blanco, ni una mujer podía tener un cargo político. Sin embargo, por suerte, y a fuerza de organización, protesta y lucha, esos errores sociales se van corrigiendo, hasta convertirse en ley. En nuestro país es ley que dos personas del mismo sexo se casen, formen una familia y tengan hijos. El odio resuena, se parangonan opciones sexuales con enfermedad, vicio, perversión... ¡Imaginen si le hubiesen dado bola al que dijo que la rueda era una herejía!

En la actualidad, el insultar a alguien aludiendo al color de piel, nacionalidad, aspecto, condición, sexualidad, esta tratando de desaparecer. Y no por capricho. El lenguaje, y el sentido que le damos a las palabras, son el reflejo de nuestra forma de pensar y, por lo tanto, de actuar como sociedad. Revisemos nuestros comportamientos, y exijamos en quienes tienen un cargo político un refresh mental. La discriminación viene de la mano de los prejuicios, y los prejuicios, en general, se basan en la ignorancia y el miedo.

Busquemos conductores y responsables sociales capaces de acompaña los cambios sociales y mentales. De nada sirven a una sociedad en crecimiento los que están atrapados en valores y paradigmas caducos.

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